Vuelve con los ojos llenos de perdón pero es demasiado tarde y ella le da un beso de esos que humillan a la soledad.
[...] Ninguno de los dos creía en el destino y este se vengo para hacerse notar, les va poniendo más piedras en el camino pero yo me juro fiel testigo de esa magia que ellos seguirán compartiendo eternamente, entre el miedo y la pasión, el instinto y la razón, entre la perseverancia y la cruel resignación. Esa magia no los va a dejar ser: dos amantes del montón.Y aún que tiene pocos momentos de gloria
es un cuento que merece ser contado.
es un cuento que merece ser contado.
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