Y tengo miedo a equivocarme, a sufrir, a ser lastimado. Equivocarme es algo humano, pero amarte es un pecado.
Y ruego a Dios que esto termine, para poder ser la de antes, la que no llora por hombres y tiene siempre un amante.
Yo conozco el calibre de tus besos, ya no me dejo asesinar por esa boca.
Mejor le cedo a alguna el turno que me toca.
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